viernes, 3 de junio de 2022

 Biblioteca del Congreso de la Nación - Sala infantil María Elena Walsh

En el marco del Proyecto "Un Encuentro con los libros" hicimos con los chicos de segundo grado un recorrido por la Hemeroteca, los depósitos y algunas salas de lectura de la Biblioteca del Congreso de la Nación.



---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

También nos leyeron el cuento de Margarita Maine Las letras inquietas en Cuentos para salir al recreo.

A Francisco en primer grado siempre le pasan cosas raras. Algunas veces su banco se transforma en barco y su mochila en salvavidas. Otras veces tiene problemas para escuchar el timbre que avisa cuando termina el recreo y se olvida de volver a clase. 
Ilustraciones de Gerardo Baró.
Un día se equivocó de fila y se fue con los chicos más grandes. Algunas veces le dan ganas de volver al jardín de infantes. Pero lo más raro que le pasa a Francisco es con las letras. Las letras que la maestra dibuja con tanto esmero en el pizarrón se mezclan, se cambian de lugar o andan bailando por ahí.
Al menos eso le parece a Francisco, que siempre tiene problemas para copiarlas. Su compañero de banco le dice que es porque Francisco está en la luna, ´pero él sabe que no siempre tiene disponible el cohete espacial. La mayoría de las veces, cuando copia mal, la culpa la tienen las letras, que se esconden o se cambian de lugar a propósito.
La cuestión es que cuando se trata de copiar del pizarrón, los mensajes de Francisco son peligrosos.
Cuando le pidieron BOTONES escribió BASTONES.
En lugar de CHAPITAS trajo CHUPETES.
En lugar de VAMOS A UNA GRANJA puso VEMOS UNA NARANJA. Cuando tuvo que traer fotos de la LUNA, Francisco trajo una CUNA.
Para él, Colón viajó en CALAVERA y Belgrano fue el creador de la BARRERA.
Como se imaginarán no era nada fácil para la mamá de Francisco entender los pedidos de la maestra que Francisco copiaba en su cuaderno, justo cuando las letras se hacían las graciosas escondiéndose o cambiándose de lugar.
Pero el colmo de los colmos fue cuando Francisco llegó a su casa con una nota que decía:
PARA MAÑANA NECESITAMOS UN PATO.
-¡Un pato!-dijo la mamá de Francisco esa tarde cuando llegó cansada del trabajo-, pero esta maestra ya no sabe qué pedir. ¿Adónde consigo un pato a esta hora?.
Cuando se le pasó el enojo, llamó a varias veterinarias pero le ofrecían perros, gatos, tortugas y ranas. Ninguna tenía un pato.
-Francisco, ¿estás seguro que te pidió un pato? -le preguntaban la mamá y el papá una y otra vez.
-En el pizarrón decía PATO. Yo lo copie bien -decía él- ofendido como si nunca se hubiera equivocado.
Por supuesto que al día siguiente Francisco fue a la escuela sin pato. ¡Cómo le molestaba no llevar los pedidos de la maestra!
Cuando llegó ya había tocado el timbre. En la fila, los compañeros de Francisco estaban formados. Cada uno con un plato en la mano.
-Es para un experimento- le explicó la maestra, pero Francisco le dijo que se lo había olvidado. Ya sabía que si el echaba la culpa a las letras que se escondían en el pizarrón, nadie iba a creerle.
Cuando volvió a su casa no tuvo más remedio que contarles a sus papás que el pato era en realidad un plato.
-Bueno, no es para tanto ­-le dijo su mamá- solamente te faltó una letra.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Disfrutamos de la experiencia y nos regalaron, para nutrir nuestra  Biblioteca Carlos Rocchi, la colección VUEL A PEZ en formato impreso.





No hay comentarios: